lunes, 29 de diciembre de 2014

LA PARADOJA DE RIDLEY SCOTT

EL PROBLEMA DEL "ÉXODO"
Por Claudio Johnson y Daniel Montero

Ridley Scott, director de "Blade Runner" y "Alien".
Primero: Ridley Scott es ateo desde el Alfa hasta el Omega. Audiovisualmente esto quedó claro cuando se estrenó “Alien, El Octavo Pasajero” en mayo de 1979, allí se planteó un mundo post apocalíptico en el espacio exterior, donde la presencia de Dios no está y donde se resalta el esfuerzo humano para salvarse de  la muerte en manos de un "Alien" que gobierna el universo sideral.

Christian Bale interpreta a Moisés.
Sinopsis "Éxodo, Dioses y Reyes" (2014): Moisés, hijo adoptivo del reino egipcio, entra en conflicto con Ramsés II el heredero del Faraón Seti quien siempre ha tenido favoritismo por el joven hebreo. Esto se intensifica cuando muere Seti y Ramsés II toma el poder, descubriéndose así el origen de Moisés siendo éste expulsado y entregado al desierto. Moisés comienza una tarea épica.

Sin duda que “Éxodo” brilla en cuanto a arte y vestuario, además de las excelentes escenas monumentales, las cuales anticipó Ridley Scott en varias entrevistas. Pero el “Condensador de Flujos” sugiere otro problema para el "Éxodo".

Estas historias del Éxodo Bíblico de Israel han sido contadas numerosas veces – con remakes o spin off –. El espectador busca encantarse con la narrativa más que con la verosimilitud de la historia, ¡porque eso se da por sentado! Acá la falla está en lo narrativo, en el guión, en la psicología de los personajes, incluso en el montaje y la edición (que parece de novatos), y hasta en el tratamiento musical que es un ícono de los trabajos de Ridley Scott. La película resulta antipática.

Parte del reparto principal.
Y es raro el resultado, porque Scott ha trabajado en la música con Vangelis (en “Blade Runner”), con Jerry Goldsmith (en “Alien”) y con el connotado Hans Zimmer (en “Thelma y Louise”,” Pearl Harbor”, “Hannibal” y “Gladiador”), tres estrellas de la música para películas. ¡Todo es muy confuso!

Ridley con su amiga Sigourney.
Existe una necesidad burda de situar la imagen de Dios como algo solo para "fanáticos" lejos del ser humano. El director se esmera más en la parte científica y la espectacularidad gráfica que del contenido narrativo. Llama la atención el desaprovechamiento de la genial Sigourney Weaver ancla de “Alien” y Ben Kingsley ganador del Óscar con “Ghandi”, además de Aaron Paul, multi ganador de los Emmy con la serie “Breaking Bad”.

Es imposible no comparar “Éxodo, Dioses y Reyes” con “Los Diez Mandamientos” de 1956, que tenía esas escenas tan bien logradas y llenas de sentido. Y "Éxodo" también lo logra. El error está en haberse alejado de la historia original llena de contenido histórico, valórico y espiritual profundo (no religioso). En “Éxodo” las cosas pasan porque sí, se suceden situaciones sin lógica ni sentido (por ejemplo con la aparición de las plagas, y sobre todo con la escena del “niñito dios” sirviéndole “tecito” a Moisés en su cueva mientras talla el Decálogo tan trascendente en la historia de la humanidad)

Charlton Heston en "Los Diez Mandamientos", 1956.
¿Por qué un “ateo” hace una “Película Bíblica”? ¿Qué busca Hollywood realizando estos trabajos? El Condensador de Flujos postula que aquí hay “gato encerrado”.

Posible razón: Ridley Scott se la dedicó a su hermano fallecido hace dos años. Quizás la hizo apurado, sabiendo que tenía unos excesivos 140 millones de dólares se relajó también. Con solo 11 millones hizo una maravilla con Alien y otra maravilla con 28 millones en Blade Runner. Quizás la FOX y la producción general se embobaron con el dinero y perdieron el horizonte con el relato, donde hay muchos baches, muchas inconclusiones. Por montaje abrupto, uno dice, “acá recortaron mal, pegaron mal, o el director se volvió demente. O simplemente la FOX decidió cortar escenas por el factor tiempo total de la película por un tema comercial”.

Ahora, sí buscamos éxito con una película: “La pasión de Cristo” logró resultados basándose en un relato histórico bíblico pleno. Incluso el director Mel Gibson incluyó el idioma hebreo original de la época resaltando el valor histórico.

Ridley Scott en el set "Éxodo, Dioses y Reyes".
"Éxodo" también puede ser respuesta de una realidad de la sociedad reflejada en el arte como tal – en este caso el cine –, donde la gente recibe lo que le den y de manera cómoda sin mayores análisis ni conocimientos reales e históricos de un caso en particular como fue el Éxodo de Egipto por parte del pueblo hebreo.

Es extrañísimo asimilar que Ridley Scott haya quedado feliz con la película. Quizás sí. Él no es un novato para permitir tantas falencias del relato. “El condensador de Flujos” jamás querría destrozarlo, sino comprender su situación. ¿Por qué pasó esto? Quizás el mismo cine lo responderá en cincuenta años.

Las plagas de Egipto se hicieron presentes.
Dato freak: La escena de las plagas de las ranas en “Los Diez Mandamientos” de 1956, quedó tan ridícula debido a los efectos especiales de la época, que decidieron sacarla de la versión final. Quizás en “Éxodo” debieron aplicar el mismo principio.



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